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Ariel Pukacz, periodista y editor argentino: “nunca publicaré algo que no me interese”

El fundador de Walden, editorial especializada en la publicación de libros acerca de música, conversa con Grieta sobre su catálogo, también entrega su visión acerca de la prensa especializada en este género, junto dejar ver aquella inquietud periodística de la que es dueño. Uno más que vive la pasión a través de las letras sonoras.

Sebastián Herrera

Fanzines, libros, crónicas y análisis de la cultura underground, las escenas independientes y, sobre todo, la mirada “házlo tu mismo” son temas centrales de Walden, editorial fundada por el argentino Ariel Pukacz, que poco a poco se ha transformado en una trinchera del pensamiento y manifestaciones del sonido en al país trasandino. 

Con Ariel nos conocimos hace algunos años atrás, en una de las ediciones de la Furia del Libro. Cruzamos unas cuantas palabras, a propósito de la edición del libro sobre Aphex Twin, escrito por Marc Weidenbaum, en torno al disco “Selected Ambient Works Vol II” (1994), y que forma parte de la prestigiosa colección británica 33 1/3, la cual tradujo y coeditó junto a su coterránea Dobra Robota. Sólo tres libros tenía a la fecha, o más bien dos y medio, si consideramos que una de las publicaciones era un fotozine. Sin embargo, la contundencia de cada uno fue suficiente para decidir conversar más. 

El zine se trata de una pequeña recopilación del trabajo fotográfico de Jim Saa, un conocido fotógrafo estadounidense que ha retratado a bandas como Black Flag, Dead Kennedys o The Cramps. Los otros dos títulos eran el ya citado de Aphex Twin y un tercero titulado Spoke: imágenes e historia de la escena punk de Washington DC”,  editado por Scott Crawford, el mismo director del documental Salad Days”, y que registró la contracultura de la capital norteamericana de finales de los ochentas y mediados de los noventas con bandas como Fugazi o Bad Brains. 

Luego de una breve correspondencia para un pequeño blog, hoy volvemos a retomar contacto en medio de una pandemia y Walden con unos cuantos títulos más; “No sabemos nada”, una recopilación de entrevistas de la prestigiosa revista underground de Chicago, “Punk Planet”, que entre 1994 y 2007, a través de la mirada editorial de David Sinker, permitió conocer los distintos discursos de activos integrantes de la escena independiente, como Katheen Hanna de Bikini Kill y Le Tigre, Thurston Moore, de Sonic Youth, Bob Mould, de Huster Dü y Sugar. El libro contiene a estos y otros cuarenta entrevistados, traducidos al español, por primera vez, gracias a la editorial. Además, ha sacado dos coediciones de la serie 33 1/3, Marquee Moon, de Television”, escrito por Bryan Waterman y The Velvet Underground: The Velvet Underground & Nico a cargo de Joe Harvard

Para comenzar, ¿cómo nace Walden?

Nace de mi inquietud periodística. Hice fanzines desde adolescente y cuando comencé a trabajar de periodista me di cuenta que había un montón de notas y artículos que no podía venderle a medios, por eso decidí hacer un sitio web con mis reglas, al que llamé Walden. Comenzó el 2014 y el 2017 surgió la posibilidad de comenzar a editar libros. Un amigo de Washington D.C. es vecino de Scott Crawford, el director de cine de la escena punk de la ciudad, y quien acaba de sacar el libro Spoke, conversando nos pusimos de acuerdo para sacarlo al español. Ese fue el primer título. 

Cuéntanos un poco del catálogo…

Se ha dado de forma bastante orgánica. Cuando terminamos de hacer Spoke y lo comenzamos a vender nos pusimos a investigar qué otros libros tenía el catálogo de la editorial –Akashic Books-, que venía del hardcore, porque su fundador fue bajista de Soulside, una banda de D.C. y nos dimos cuenta que uno de los libros que tenían era No te debemos nada”, que fue una recopilación de la revista Punk Planet, algo así como la contracara del fanzine Maximunmrocknroll, la cual siempre fue demasiado conservadora. Sin ir más lejos, en una entrevista, Ian Mackaye cuenta que, para los editores, Fugazi no era punk y, bueno, musicalmente no hay ninguna banda más punk que ellos, porque el punk no es quedarse en una receta, es evolucionar, cambiar y Punk Planet tenía un poco esta mirada. 

Pensando en que los medios sobre música están a la baja y que vivimos una escena donde hay más producción, pero menos espacios para visibilizarla ¿cuál es tu mirada sobre esto o por qué crees que es tan importante pensar la música? 

El rol de los medios es importante. Sin ir más lejos, Pitchfork arruinó bandas con sus puntuaciones y levantó a otras. A mi disco favorito de Sonic Youth, NY Ghosts & Flowers(2000), le dieron un 0.0. Hay un poder ahí, sin embargo, lo importante es que exista una pluralidad de medios, que permitan que una banda nueva, que no tiene visibilidad para que los editores de Pitchfork o Rolling Stone le hagan una reseña, tenga espacios más pequeños o independientes donde sí. Todos los medios empezaron pequeños, para mí hay una cuestión de comenzar a darle valor a los espacios periodísticos. Después hay que ver la calidad; si vemos que hay un medio que lo que hace es levantar notas de afuera y traducirlas, no hay ahí ninguna visión crítica, ni buen análisis, ni una postura, ni un concepto detrás, ahí solo proliferan discursos que no tienen nada importante qué decir. 

Si bien Walden no es un medio de prensa, pero sí cumple el rol de comunicar, visibilizar discursos, autores, bandas, artistas, o estéticas, ¿qué te moviliza a dar vitrina a todas estas cosas?

El primer libro que publicamos fue el motor de todo. Tenía trece años cuando descubrí Fugazi y Minor Threat, sus ideas me llamaron mucho, sin necesidad de ser Straight Edge, que el primer libro haya sido sobre eso, para mí fue súper importante. Después tenemos la colección 33 1/3, que es una colección británica, donde cada libro es el análisis de un disco. No tenía muchas expectativas, pero se vendió un montón, y para mí eso es muy punk, y la intención de Walden es esa, mostrar música que a mí me interesa. Nunca publicaré algo que no me interese. Una editorial es un punto de vista, un catálogo es un una mirada, una editorial no se hace de un libro, toma tiempo.

¿Cuál es tu diagnóstico de la escena periodística?

En Argentina veo un buen periodismo, tengo varios colegas que hacen un trabajo espectacular, ya sea para medios masivos, revistas culturales, de música o independientes. Hay cosas buenas, con un montón de proyectos independientes, editoriales, revistas, fanzines, etc. 

¿Qué opinión tienes de los contenidos que visibilizan en los medios?

Creo que va texto a texto y depende de la capacidad de sorpresa de cada cual. Por ejemplo, una de mis últimas notas fue sobre los inicios del rap en Argentina. Tuve que ir muy para atrás y comenzar a entramar todo, para mostrar que la escena no comienza con las batallas de gallos, esto viene de 1983, con chicos que comenzaron a bailar break dance en la calle. Por lo general, lo que me gusta es escribir sobre historias que me sorprenden. Uno de mis libros favoritos se llama 1966”, del periodista John Savage, donde escoge un disco por mes y, en función a él, habla no solo del álbum y la banda, sino también de otras producciones y bandas de ese mes, del año en cuestión, y del contexto social y político que envuelve la publicación. Eso para mí es encontrar, a través de la escritura, una nueva lógica. 

Si pudieras recomendar un par de libros que para ti son fundamentales, ¿cuáles serían?

“Yeah Yeah Yeah: The Story of Modern Pop”, de Bob Stanley. Está traducido al español, es la historia absoluta del pop de fines de los cuarentas hasta Beyoncé. Como una primera aproximación es súper interesante, porque da un panorama general bastante bueno. Y también recomendaría Love goes to buildings on fire: Five years in New York that changed music forever”, de Will Hermes. Es la historia de Nueva York desde 1973 a  1977, abarca distintos géneros; el punk, disco, hip hop y salsa; atravesando esos años a partir de experiencias y cruces de estilos.

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