MIOPEC / WET DESERT

Sebastián Herrera

Los Lost Themes de Carpenter acelerados al ritmo de la farragosa bruma nocturna, un tránsito que se sumerge en imágenes lisérgicas que funcionan como caleidoscopio auditivo, un espeso entramado en el que se mezclan ritmos y paisajes dentro de un túnel mental, que permite inventar y oír nuevos colores, tonos y espectros sonoros. Wet Desert, de Miopec (alias de Marcelo Peña, músico y productor, que ha sido parte de proyectos como Tobías Alcayota, MKRNI, o VAN, entre otros) y lanzado por el netlabel nacional, Pueblo Nuevo, recupera intensidades que viajan en capas sobrepuestas de ritmos sintetizados que construyen y acompañan un viaje de parajes que oscilan entre el rito y el sci-fi.

Desde Intervalos, primer track del álbum, el trabajo construye una narrativa escrita a cuadros, fragmentos que lentamente introducen al imaginario los elementos en reunión, que pueden ir desde el techno, electrónica de club, síntesis pop a pasajes que abren sonoridades hofmannianas, que diluyen la unicidad de cada sonido, funden y tejen redes en un mapa integrado de frecuencias rituales, un culto al viaje, a la estancia del ácido alcaloide de atmósferas alucinógenas, espesas, algodonadas, cálidas, enteógenas y extracorporales.

El viaje continúa en Rocas y Bolero erigiendo estancias que derivan de la ingesta alucinógena -Echinopsis pachanoi- que, en su intensidad inicial, prepara el terreno hacia ese saber originario que acelera, comprime y expande la consciencia psicodélica en activas zonas, de oscuras sonoridades y patrones tribales, alucinaciones sintéticas y paisajes estimulados bajo la química sensorial del sonido.

Calle la Calle, Cordillera y Campo Magnético, cuarto, quinto y sexto track del disco, son el tríptico que conjuran la ceremonia, imágenes tridimensionales que nos introducen en este culto psicoactivo, de dibujos y parajes ancestrales que habitan atmósferas calmas, ambientes cálidos y suaves, que se introducen como delgadas capas que ganan espesor en la medida en que la síntesis absorbe las sensorialidades y posibilidades dopamínicas del sonido.  

Círculo de piedra es el corolario, una interpelación a la escucha, las preguntas ¿Qué es la realidad? ¿Cuál es la realidad? y la respuesta: Lo real es solo la base, pero es la base -Juan Luis Martínez. Los elementos emergen en un culto al sonido, sus tránsitos, estancias y proyecciones somáticas, que invitan a celebrar la intensidad y experiencia de un álbum que Pueblo Nuevo vuelve a editar, remasterizado, en homenaje a los 10 años de su aparición.

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Wet Desert

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