
La segunda invitada a escribir sus propias palabras de despedida es la compositora y artífice constante de levantar y acercar el folclore a las nuevas generaciones. Aquí, con un pequeño texto, imagina como sería su obituario el cual, está cargado de humildad y sentido del humor. Seguro, cuando realmente se escriba, será mucho más que esto.
Durante la cuarentena en Valparaíso agonizan y mueren múltiples Pascualas. Sus restos, pelos, velos, rabietas, sumisiones, autocomplacencias y domesticaciones varias, han sido incinerados en ceremonia privada. Sin embargo aún podemos oír sus fantasmas en las noches de eclipse o avistarlos en el caudaloso río “Instagram” o en el pantano “Facebook”. Agradecemos sus muestras de afecto, los agotados restos descansen en paz.