
Es uno de los artistas que marcó el nacimiento de la nueva psicodelia de finales de los ochentas, fundador de la influyente banda Spacemen 3, Experimental Audio Research (E.A.R.) y Spectrum, además de productor de grupos igual de determinantes. Tras lanzar su último trabajo, “All things being equal”, Peter Kember habló con Grieta Mag en este especial sobre Futuro.
Por Sebastián Herrera
Fueron treinta años los que tuvimos que esperar para que viera la luz un nuevo álbum. Fueron treinta años también los que debieron pasar para que las cosas estallaran en nuestro país. El descontento social de Chile emergió en un despertar que trajo ruido, conmemoración y rito. Los elementos se repiten en algún tipo de alineación cósmica o, bien, en la sensibilidad de la música traduciendo nuestros tiempos. No lo sabemos, pero lo cierto es que el último disco de Peter Kember, más conocido como Sonic Boom, tiene muchos mensajes que coinciden con las exigencias que buscamos en este despertar local. Un álbum contrario a las lógicas de mercado, y una declaración anticapitalista, el trabajo es simplemente una oda y hackeo sonoro a los tiempos del consumo y quiebre social.
Abiertamente a favor del uso de drogas psicodélicas con fines espirituales e investigativos y con un sonido que parece expulsado directamente desde el tercer ojo del cosmos, la música de Sonic Boom se extiende y mueve como un vapor que se cuela por los poros. Influyente prestidigitador de la vanguardia, su trabajo ha conseguido introducirse en el pop de multitudes, la psicodelia electrónica, drone y space rock.
Hace solo un año y en medio de las exigencias de dignidad que vivió Chile, Kember vino a nuestro país para el aniversario del reputado y joven sello nacional BYM Records. A poco tiempo de eso y, ahora, en medio de una pandemia, sus palabras suenan calmas y amplias, como ese océano de sonido que alguna vez describió David Toop, un mood que lo hace parecer, al igual que su música, de otro planeta. Sus búsquedas son amplias y vitales, parecen deambular por el espacio, a través de otras dimensiones y ondas.
Fiel a su estilo “menos es más”, la arquitectura de su trabajo se erige por lo nimio, minimalista y, sobre todo, profundo. “All Things Being Equal” (2020) es el disco que marcó el retorno de Kember, quien, en 1990, lanzó su primer álbum solista, “Spectrum”. Fueron tres décadas las que demoró en editar nuevo material, absolutamente en contra de la rapidez y volumen que actualmente se estila en la industria musical, la cual lanza diariamente una infinidad de singles, EPs y LPs, que hacen casi imposible la escucha de nuevos materiales. Esto no parece importarle. Bajo su propio ritmo, términos y formas de trabajo lanzó una corriente de sonidos que serpentean, prístinos, en el líquido cósmico y reminiscente de ondas lisérgicas y mensajes antineoliberales, en un caudal rejuvenecedor y sanador, presto a dar cuenta de los cambios necesarios para comenzar a construir el futuro de todos.
La percepción, tras la pandemia y todos los cambios sociales es que algo está a punto de cambiar. Aparentemente vivimos un mundo que parece agotarse. Lentamente se ha establecido la idea de que algo será irremediablemente distinto. Aparentemente, esta sensación aborda todos los ámbitos y cosas: la economía, política, el arte, la música y nuestras formas de relacionarnos, ¿qué crees que ocurre en la música? ¿crees que también vive su ocaso, al menos, la música como la entendemos hoy? ¿cómo te imaginas que sean las cosas en un futuro?
Creo que la música está sufriendo un pequeño déficit de pasión. Cuando la gente empezó a pensar que el acceso a toda la música debería ser gratis, me di cuenta de que estábamos en un gran problema. Los chicos a veces la recopilan como una especie de colección de stickers. Creo que es un modo de consumo sintomático de estos tiempos.
Musicalmente, he estado esperando que apareciera una ola de música nueva durante más de 25 años. Algo más profundo que la basura de autoajuste de memoria que escucho y que la gente también escucha: dieta R&B, etc. Creo que muchos chicos se están perdiendo una interacción más profunda y significativa con la música y la cultura, tal vez eso comienza a suceder cuando miras el teléfono todo el día.
A diferencia de otros músicos, has hecho cada disco tomando tiempo entre cada uno. ¿Cómo vez la hiper producción que vivimos hoy, con bandas que editan singles, EPs, LPs, videos, prácticamente, semana a semana? ¿en qué crees que terminará todo esto y cómo afectará a la música?
Hay demasiada gente produciendo música sólo como un negocio. Para mí, ahí está el juego.
Hace poco, miré los comentarios de ese sociópata de Spotify, (Daniel) EK: sólo quiere que el consumo se amplifique para llenar su banco y, de paso, quiere que se joda la música y el consumidor. Gente así es la que está destrozando el mundo de la música. No me importa la industria, la mayor parte opera sin ningún parámetro moral: en gran medida solo abusan y manipulan a los artistas más jóvenes.
Es hora de que la gente se exprese más sobre esto, pero si quieres tener Spotify probablemente te engañes a ti mismo diciendo que es bueno o útil de alguna manera y, por defecto, atenuarás la calidad de todo. Los grandes sellos discográficos, como Sony, roban a los artistas todos los días y usan su poder para manipular. Estas son las personas que ponen el pie en el acelerador, dirigiéndonos al colapso absoluto. La gente está demasiado dominada por el consumismo y su propio egoísmo como para ver el panorama general.
Vivimos un momento que necesita atención. La música, de alguna manera, nos ha acercado a esas resonancias imperceptibles que nos rodean ¿qué es lo que tu música busca traducir? ¿crees que es contemporánea a estos momentos o crees que proyecta el futuro?
Tenemos que empezar a poner mucha atención a todo lo que ocurre. “All Things are equal” se trata de toda esta necesidad de sacarnos de este precipicio consumista. Todos tenemos que esforzarnos para conseguirlo, ya sea en el modo en que llevamos adelante nuestras vidas, como en el modo que nos relacionamos socialmente. Creo que nuestra mayor esperanza se encuentra en lo que podría llegar a venir. Si la gente se da cuenta de que su vida y la de todos será mejor al NO comprar ese auto grande y comprar un auto usado más pequeño, por ejemplo, podríamos tener una esperanza.
Vivimos en un mundo donde hemos perdido el contacto. Los niños piensan que la miel proviene de los osos. No se les enseña sobre la magia de nuestro ecosistema, capaz de crear TODO lo que comemos y TODO lo que respiramos. Solo se les enseña a soñar con coches, enormes televisores y a consumir infinitos juegos y dispositivos informáticos. Hice el LP como una forma de intentar mostrarle a la gente que menos puede ser más, y hacerlo bien es hacerlo mejor. No hacerlo por más dinero, ni por aspiraciones momentáneas, sino porque es esencial para nuestro bienestar y nuestra salud planetaria.
Luego de 30 años sacas un nuevo álbum bajo el nombre de Sonic Boom. 30 años que son una especie de vida completa. En Chile, por ejemplo, llevamos 30 años de recuperada la democracia, luego de estar largos años en dictadura. ¿Qué cosas crees que han cambiado en este tiempo y cómo imaginas las cosas en 30 años más?
El consumismo se ha disparado. Curiosamente, la disponibilidad de información, que ahora es increíble, no ha sido suficiente para contrarrestar la seducción de las grandes empresas, las cuales están desesperadas porque compres su último producto. Todavía vivimos en un mundo de engaño. Tenemos que olvidar las barreras imaginarias, que nos dividen entre países y debemos empezar a trabajar como un planeta más funcional, en un mundo unido, no dividido en individualidades disfuncionales que reclaman derechos irrisorios. Todo esto es algo medieval en el mejor de los casos. La gente sigue esclavizada desde el momento que nace. Debemos sentir, luego luchar contra el sistema. No repetir el dogma, porque nuestros padres y abuelos lo hicieron. Debemos tomar nuestras propias decisiones, basadas en el pensamiento inteligente y en la sensatez del sentido común.
Spaceman 3, E.A.R, Spectum, trabajos con No Joy, colaboraciones con Stereolab o Yo La Tengo, producciones a bandas como Panda Bear, MGMT o Beach House ¿si pudieras sacar un mínimo común denominador de todas estas cosas, qué sería, más allá de lo netamente musical?
Son cosas con las que resueno. No me gusta trabajar por ningún motivo más. Solo podría ser útil en algo que creo que tiene cierta profundidad. Siempre me he guiado por mi gusto y mi intuición. No quiero un plan de carrera, me gusta trabajar con gente interesante y música interesante. No trato de definir nada. Si me hace sentir, eso es suficiente.
¿Cómo ves tu futuro, en términos creativos y musicales?
Como siempre, no tengo ningún interés en hacer muchos registros. Siempre he dicho que lo que siento, es decir, mis emociones, me haría soltar algunas cosas y en eso he puesto mi alma. Mi música evoluciona como un río. Lo dejo serpentear de una manera orgánica y no planificada. No me gusta ver la naturaleza hecha para adaptarse a líneas rectas, y la belleza que veo en los patrones de crecimiento natural me resulta mucho más interesante que, digamos, un seto cuadrado. Así es como veo mi música. Inconforme.
¿Si pudieras inventar la droga perfecta, cómo sería y qué efectos generaría?
Me gusta la variedad, hay muchas drogas útiles o placenteras. Algunas tienen más resaca que otras. Mi sensación es que la naturaleza ya ha creado todo lo que necesitamos para la salud mental, social y física, simplemente no lo hemos explorado ni entendido todavía. Estamos matando y perdiendo plantas y especies más rápido que el tiempo que nos toma llegar a conocerlas, analizarlas.
Siempre están buscando plantas con propiedades alcaloides, ya que es ahí donde se han encontrado la mayoría de nuestros productos farmacéuticos más fuertes, pero mi intuición me dice que NO todo está basado en alcaloides. Esta misma intuición me dice que no existe el “ADN basura”, simplemente no ha sido entendido. Nada tan profundamente complejo y maravillosamente psicodélico como el ADN arrastraría basura. Si no tiene sentido, probablemente no sea cierto. Son las personas que piensan fuera de la norma las que finalmente nos guían. Tenemos que fomentar eso, genios como Buckminster Fuller vinieron justamente de lugares así.
En un ejercicio de ficción ¿cuáles son los sonidos del futuro? ¿cómo son? ¿de dónde provienen, que sensación crees que producen?
Todavía hay innumerables posibilidades con el equipo que tenemos. Pensar fuera de los parámetros explorados previamente es clave. Veremos qué ocurre.