Sebastián Herrera
Cada publicación del sello nacional Magia Blanca es un real tesoro. Una pieza donde se fusionan los elementos; cierta vibración cósmica, con un manto que emerge de rituales paganos y raíces locales. Una postal inexistente, un sonido porvenir; una especie de laboratorio en el que convergen frecuencias y resonancias de las nuevas formas de vida. Ahora, con su nuevo EP, Splitted Funk Dub, edición en la que participó el dúo Bvha y el productor nacional, Daniel Klauser, nos dan una nueva muestra sobre lo que significa mezclar la sutileza y el riesgo.
Los productores Plinio Verna y Palta Mango son los responsables de abrir el trabajo. En una nueva exploración hacia la recodificación del sonido y un paso adelante, en relación con su primera entrega, los tracks escapan de la indagación y profundidad del techno y minimal, para entrar en zonas de mayores contrastes. El primer tema “Radio Dancing Discotheque” es una introducción perfecta a lo que apreciaremos a lo largo del EP: música de baile conviviendo entre el funk y el dub. Groove que desvanece la bruma y abre la imagen; predominancia de ritmos que varían, articulan su propio camino; voces codificadas electrónicamente, que aparecen entre capas de sonidos; junto a pequeñas y destellantes intervenciones sintetizadas, que van por una línea de bajo que somete al cuerpo a su cálido ritmo.
El cosmos erigido en el primer track evoluciona en “Ghost Funks”. La pista es la encargada de profundizar y conducirnos en el éter de un hábitat extraterrestre. En él conviven el mestizaje de la energía del soul y los colores del jazz, armando una zona movediza de cadencias afroamericanas, bajo el influjo de espíritus eléctricos capaces de sintetizar la piel en voces que construyen una entidad extracorpórea en el ambiente.
Klauser se ha caracterizado por introducirnos en las raíces mismas de la música. No solo en la electrónica como género, sino en ella como instrumento que, al igual que un bajo o una batería, condimenta lo necesario para crear nuevas experiencias a través de los sonidos; algo mucho más ecléctico e inclasificable, impregnado de búsquedas, inquietud, incomodidad y trance.
En esta ocasión una trompeta y una voz, que rinde homenaje a la música, son dos elementos que resaltan en “Trying To Get That Sound”. Música para el alma, para viajar, para bailar en el suave compás que las frecuencias nos hacen habitar. El aquí y ahora de la pista, el carnaval, el jolgorio, ceremonia y comunidad. You try and try to keep your sound in my soul, in my life, repite la voz de Klauser en un susurro lisérgico, un trance que intenta conducirnos al espíritu mismo del sonido.
Como una imagen en la que se vislumbra una higuera y, bajo ella, un Buda a punto de encontrar la iluminación, el EP cierra con “Om Mani Padme Hum”. Track cuyo título, referente al famoso mantra, habla por sí mismo: música que entra en su conmemoración, un rito fúnebre que da cuenta de la nueva posibilidad del sonido, una oración insistente en el espesor del imaginario, una composición que viaja por el vaho de la carretera de Twin Peaks, mientras el tercer ojo construye los nuevos ambientes. Un resto arqueológico, osamentas melancólicas de un futuro próximo en el cosmos, “Splitted Funk Dub” no son sonidos para escuchar, sino para que él nos escuche.
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