Sebastián Herrera
La pregunta se instala cuando aparece el sonido. Masas de volumen que se abultan como un montón de susurros dando respuesta, merodeando y creando estructuras posibles. ¿Qué fue primero, la imaginación o el soplo que remeció la imagen? Los sonidos se suspenden, como espectros en el oído. Ahí la respuesta o así, al menos, sopla y humedece la escucha. Permanent Disconnection, de Mauricio Romero, The Mugris, músico y productor de Talcahuano, en este nuevo trabajo nos invita a un viaje dentro del último estertor del mundo, el registro del ocaso epocal, desde un tránsito oscilante, lúgubre en su estancia y prístino en la promesa.
Desde lo ceremonial al rito, entre lo performático y meditativo, los sonidos aparecen, cruzan, fusionan, y disuelven, fijando su estancia, mientras explora la posibilidad de vencer a la gravedad y su peso. Disconnected abre el culto con capas que se asoman como filos, punzadas y cortes que dan paso, al igual que un puente del infierno al cosmos, situando a la escucha en ese espacio intermedio, entre el hacer y la contemplación; un purgatorio sonoro de cenizas incandescentes y volutas que transitan suaves y espesas, que se acentúan, luego, en Viviendo en una simulación, donde las masas de volumen comienzan a instalarse, entre texturas de ruidos y voces que parecen decir Nada es real. Todo es real.
Cierta luminosidad asoma En la búsqueda, un track que nuevamente juega entre sonidos líquidos, voces inmersivas y distorsiones que ahondan en un sueño circundante; el paso a una especie de réquiem de fin del tiempo musical y geográfico. The end of capitalism es pura permanencia del sonido, resistencia que se termina por convertir en manto y víspera, donde la composición viaja en delgadas capas que ondean sobre un sutil soplo, que parece querer velar y revelar. Holograma o realidad es el sintagma del proceso, espacio, como la silla que Erik Satie invitó a imaginar sentados en ella o no, para que la acústica e idiosincrasia atmosférica se potencie.
Estado policial, salir del acuario es la onomatopeya del estallido y claustro. El sonido que asoma y se sostiene en un minimalismo desprovisto de variación armónica y que centrar su movimiento en la proyección, la imaginaría de un paisaje inventado, donde Dream dream dream se convierte en ese sueño que pone su peso en el tono, la atmósfera sonora, la influencia que rodea el flujo, el hábitat y tránsito.
Archipiélago y delfines se convierte en el fin paradisiaco, la ilusión del mundo posible, la oxigenación que viene con el ritmo, la frecuencia que busca al cuerpo, su resonancia y celebración; la salida del adentro, inmersa en la burbuja espesa del sonido que explora lo visual y silente.
El viaje como flujo de energías, traspaso electrónico, loops, o reminiscencias psicodélicas, la insistencia de notas sostenidas y repetidas en el tiempo que crean ambientes que envuelven y dotan de misticidad el encierro. Permanent Disconnection, de The Mugris son parajes, desplazamientos, momentos y texturas que varían entre la ambientación y una línea rítmica que fuerza la contracción y extensión del cuerpo; consiguiendo estruendos tribales, imágenes lisérgicas y espacios espesos.
Escucha el disco aquí: