Sebastián Herrera
Pop desde una vereda oscura, que asume ciertos riesgos, busca extrañeza y singularidad; melodías que exploran el hook, sin nunca alcanzarlo, porque de eso se trata precisamente: de suspender los dispositivos de la transparencia, interviniendo los sonidos con cierto desconcierto, extraídos de la cultura de baile, disco, del pop, no wave, junto a la superposición de voces líricas, que entregan un nuevo matiz, un carácter barroco que se mezcla con oropeles retrofuturstas. Clepsidra, título del nuevo EP de la cantautora, Alex June, es un álbum que busca la caricia, los relieves y contornos del sonido que, en el adorno, encuentra su exceso y contención.
La voz se cruza y crea una frágil trama, hecha de delgadas capas que delinean, brindan textura e introducen y cierran el viaje. Epifanía, Anarmophose y Finit, son tres puentes, pequeños portales que permiten cruzar los efectos lisérgicos y sentir la desnudez y crudeza en el beat. Que, en cinco tracks, pasa entre la porosidad y delicadeza, entre lo clásico e inmediato, entre lo funcional y la experimentación, el álbum es una colección de imágenes nocturnas, que deambulan entre meandros luminiscentes, dando con una paleta de colores definida, pero de diversos matices, capaces de oxigenar, envolver y construir atmósferas, loops tribales de House y candidez pop setentera, donde las bases del disco se instalan sobre secuencias que viajan entre el groove underground y la psicodelia.
Hay confianza en el valor performático del sonido, en la posibilidad de dar energía, vitalidad y fluorecencias al color, añadiéndole nuevos elementos y contornos; un panorama caleidoscópico que centra sus patrones y deformaciones en la reescritura epocal, la cita y parafraseo que se centra en la maleabilidad de las secuencias y una voz que funciona como capa, deslizándose por la sutiles y delgadas frecuencias sintéticas, en un tránsito que confluye hasta evaporarse entre intermitencias, brillos y sudor.
En esta nueva entrega participan también el productor Alfredo Ibarra (Lainus) y la programación de baterías de Sebastián Mella (Fantasna) quienes contribuyen a potenciar el espíritu funk y sonido de influencia afroamericana que asoman como destellos, entregando cadencia y complemento al viaje que propone este EP. Donde el hook opera como posibilidad, como promesa incumplida, como suspenso que permite la opacidad y singularidad del sonido, que puede buscar desde cierto espíritu disco, new wave, pop, y minimalismo house, cierta insistencia psicodélica, todo esto en una juguera que se alimenta de cierta cultura latina, de timbres y colores propios o, como diría Peter Shapiro, de cierto “Glamour entendido como acto de rebeldía”.
Escucha el disco aquí: