
– ¿Qué queda por hacer?
– Todo.
Esta cita es parte de una conversación con Nicolás y, de alguna manera, explica la forma en que opera el sello. A estas alturas parece redundante enumerar cada acción desarrollada por Other People (OP). Llamar plataforma a este proyecto no es simple casualidad, sino que es una verdad férrea y absoluta. La multidisciplinariedad de cada iniciativa responde a un cuerpo inquieto y múltiple que supo traducir estos tiempos en opacidades que se alejan y confrontan la transparencia de lo igual.
La publicación no fue un disco, ni una compilación, al contrario de lo que todos podían esperar, la entrega se trató de un libro. La publicación nos hace pensar que, cuando las materialidades que se acostumbrar a usar para expresar lo que no tiene nombre no alcanzan, se deben inventar nuevos lenguajes y modos de comunicar lo inenarrable. La música para OP parecía el modo de expresar sus ideas y discursos, posiciones políticas y sociales, miradas artísticas y culturales, y en The Network encontramos todo esto; además de algo muy importante: la experiencia de enfrentar el libro como un cuerpo-máquina deseante con múltiples entradas y salidas; una máquina de intensidades, flujos y cortes.
Una residencia radiofónica de 6 meses para la BBC fue el inicio del proyecto. Jaar en vez de proponer un programa radial que contuviera su música y la de otros, planteó desarrollar un programa ficticio, con él mismo como Dj invitado, pero sin revelar esto en ningún momento. La propuesta pareció demasiado descabellada para los organizadores y no se llevó a cabo. Sin embargo, lejos de quedar archivada, impulsó The Network; proyecto que se propuso crear una radio ficticia lanzada a través de la plataforma Other People Network, la cual fue diseñada por el propio Jaar y el programador Cole Brown. Ahí arrojaron, almacenaron y visibilizaron un total de 333 cadenas de radio, con más de 20 horas de música basada en radio shows falsos, que contaron con locuciones de diferentes actores.
El libro, diseñado por Jena Myung y Maziyar Pahlevan, fue coeditado por Printed Matter y Other People. En él se pueden encontrar las transcripciones de los programas, además de proponer múltiples posibilidades de lectura, que van desde ensayos visuales, pasando por onomatopeyas, reflexiones en torno a la riqueza, crucigramas resueltos, ventanas de Internet, textos de Jaar, Lydia Lunch y de la diseñadora Linda van Deursen. El libro es lo más similar a un objeto o, como diría el poeta de la borradura, Juan Luis Martines: “un libro intolerable”, que va más allá de lo que la industria puede dictar sobre qué es o no un libro.
“Hoy disponemos de nuevas maneras de leer, y tal vez de escribir. Las buenas maneras de leer hoy consisten en llegar a tratar un libro como se escucha un disco, como se mira una película o un programa de televisión, o como se recibe una canción: todo tratamiento del libro que reclame para él un respeto especial, una atención de otro tipo, viene de otra edad y condena definitivamente al libro. No hay ninguna cuestión de dificultad ni de comprensión: los conceptos son exactamente como sonidos, colores o imágenes, son intensidades que te convienen o no, que pasan o no pasan. Filosofía Pop. No hay nada que entender, nada que interpretar”, reflexionó Gilles Deleuze y este trabajo es el fiel reflejo de ese espíritu.